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miércoles, 14 de abril de 2010

Un horario indiscutible

La Maraña Cósmica

Se ha discutido mucho el cambio de horario. La aplastante mayoría del debate argumenta con sentimientos, creencias y emociones, poquísimos con razones.

No le voy a entrar a la discusión, mejor quiero comentar sobre una gran empresa mixta que cambió voluntariamente el horario de la programación de sus actividades por la más poderosa razón de todas: el cielo nocturno.

No conozco ninguna actividad comercial, industrial, servicios, hogar que –digamos- el miércoles a las nueve de la mañana tenga que desarrollar un evento de mucha gente, planeado desde noviembre del año pasado y cambie la programación, porque cambió el horario de verano. A las nueve del miércoles que viene llegarán todos puntuales el evento, minutos más minutos menos, con el “nuevo horario” adelantado una hora.

Sin embargo, sé de representantes muchas instituciones, empresas, funcionarios, estudiantes, científicos, comunicadores, extranjeros que se la pasaron discutiendo y acordando, ajustando tiempos, materiales, envíos, diseños gráficos, campañas de publicidad en medios desde noviembre del año pasado, para convocar a cientos de miles de personas del público de toda la República a un evento, que tuvieron que cambiar el horario de su programación sin discutir personalidades, costumbres, sentimientos o emociones o vanalidades… porque cambió el horario de verano. ¡Caramba, cómo le hicieron! ¿Cuál es La Razón?

La razón es que a la Luna, al Sol, a Marte y Saturno, la Constelación de Orión y su sorprendente y exultante nebulosa, el conglomerado de estrellas Pléyades, la brillante Sirio les importa un pepino lo que discutamos los bichos humanos sobre el horario.

El 17 de abril, en la zona centro de la República, el Sol se largará sin discutir con nadie a las 18:55 hs; cinco minutos después, doña Luna estará a 38° sobre el horizonte (venga, que le sirva a ustedes de algo el transportador que adquirieron para la escuela primaria) y “haiga sido como haiga sido” a las ocho y diez de la noche se larga.

Marte, el “planeta rojo”, “el que hace la guerra” según los griegos y los romanos, a las 20:00 hs en punto estará justo sobre nuestras cabezas, en el cenit; a las dos de la mañana del domingo 18 se larga de nuestra vista con todo y su refulgencia rojiza, ¡y discútanle al “ampayer”!

En este mundo hay creencias, sentimientos, costumbres, pareceres… Pero, sobre todos esos, ¡hay razones! Toda es gente cambió el horario sin discutir, al único válido, el movimiento de la Tierra sobre su eje y alrededor del Sol ¡y ya está! Más de 210 mil personas en la República se convencieron en la Primera Noche de las Estrellas en 2009, esperamos que sean decenas miles más este 2010, ¡esa sí que es una verdadera revolución e independencia para todos!

Reflexiones de Rolando Ísita

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